martes, 4 de noviembre de 2014

EL EFECTO BRASIL

En todos los países de Latinoamérica se vive un proceso de discusión sobre cómo mejorar la calidad de la educación en sus diferentes niveles. Tal vez los procesos más interesantes se dan en Brasil y Chile. 

En Brasil acaba de terminar un reñido proceso electoral entre el Partido de los Trabajadores (PT), en cabeza de Dilma Rousseff, quien buscaba la reelección tras 12 años de gobierno, y Aécio Neves del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), quien representa la continuidad del gobierno de Fernando Henrique Cardozo (1994-2002), en el cual se crearon 533 universidades privadas que concentraron el 62% de los docentes frente al 38% de la universidad pública, lo que significó un crecimiento del 30% en la matrícula. 

Con el gobierno de Dilma Rousseff la inversión en educación llegó a 50 mil millones de dólares, que representó un crecimiento de 518% en relación con el gobierno de Cardozo, a partir, principalmente, de la decisión de destinar a la educación los excedentes de los precios del petróleo. 

Estos números y los resultados son impresionantes. Brasil paso de tener 3.5 millones de estudiantes con el PSDB a 7.2 al final de los gobiernos de Lula y Rousseff, con un buen énfasis en la educación técnica. 

Dentro de los diferentes programas de su gobierno hay que destacar el de Ciencia Sin Fronteras, que ha financiado estudios en las mejores universidades del mundo a más de 100.000 docentes.

Manteniendo un modelo de IES públicas y privadas, similar al de Colombia, pero con agresivas políticas en becas, mejoramiento de salarios docentes, laboratorios e infraestructura, Brasil ha logrado entrar a competir con los mejores sistemas educativos del mundo.


P.D.: ¿Porque el MEN no interviene a la Universidad San Martín?     



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