Me he referido en una anterior oportunidad a las múltiples peleas de la Ministra Parody, pero no me cabe duda de que ha puesto a la educación en el centro del debate nacional y de su esfuerzo en conseguir recursos que permitan mejorar la calidad.
El paro de cerca de 300.000 maestros es, sin duda, una preocupación para cualquier gobierno y lo ha de ser más para un Presidente con bajos índices de reconocimiento de su gestión en las encuestas.
Básicamente lo que pide FECODE son mejoras salariales, cambios en la atención médica y la eliminación de exámenes de ascenso. Podrá haber razones en sus pretensiones, pero ninguna de ellas va a mejorar la calidad de la educación de ocho millones de niños.
Los recientes resultados en las pruebas PISA en las que Colombia ocupó los últimos lugares en resolución de problemas lógicos y otra en problemas financieros, obligan a tomar decisiones que necesariamente pasan por el mejoramiento docente.
En Colombia, la oferta educativa se concentra en el sector público, con el 84% para el 2012, que está en la media de la OCDE, frente a 2,4% del gasto privado en Finlandia y 32% en EE.UU.
Gina Parody deberá enfrentar con decisión a la poderosa FECODE y este es un asunto en el que el Presidente y la sociedad civil debemos pensar en el futuro de los niños.
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