El Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus
siglas en inglés) es una prueba elaborada por la OCDE, en la cual participan más
de 60 países miembros y no miembros (asociados) de la organización, con una
periodicidad de tres (3) años a estudiantes de 15 años.
PISA evalúa competencias en tres áreas: matemáticas, ciencias y lectura,
que se enfatizan cada vez en alguna de las tres. En el 2000 el énfasis fue en
lectura, en 2003 en matemáticas, en 2006
en ciencias, en 2009 en lectura y, en 2012, el ciclo se repite en matemáticas.
Estas pruebas se han vuelto en un dolor de
cabeza para el gobierno pese a que no descubren nada nuevo, pero nos recuerdan
una verdad dolorosa: Que nuestra educación es de mala calidad y que la brecha
entre educación pública y privada es enorme y tiende a ampliarse.
Pero estas pruebas también tienen mitos falsos
como que PISA no valora conocimientos en humanidades y ciencias sociales porque
sólo pretende enfatizar en la formación de obreros, o que los países ricos
invierten más en educación que los pobres, o que a mayor inversión en educación
hay mejores resultados en las pruebas.
Lo cierto es que está bien medirse, que no hay fórmulas mágicas pero el
mejoramiento docente siempre funciona y que lo correcto no es rasgarse las
vestiduras, sino mantener el debate nacional sobre como formar mejor a las
próximas generaciones.
A propósito: Felicidades a Hans Peter Knudsen por su nombramiento como Director
Ejecutivo del ICONTEC. Previsiblemente el país marchara a un confiable sistema
de acreditación en educación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario