La educación virtual está de moda.
Resuelven problemas de acceso, pertinencia y costos de la educación superior, a
la vez que sus programas han demostrado ser de la misma o mejor calidad de
aquellos de la educación tradicional.
Sin embargo, en Colombia las tasas de
deserción son cercanas al 70%. En los MOOC´S (Cursos online abiertos
masivos), dentro de los que destacan Coursera de Standford o Bitelia de MIT,
entre otros, la deserción puede alcanzar el 95%. Las explicaciones para ello
están dadas por dificultades tecnológicas, la imposibilidad de que apliquen a
cualquier programa y, muy especialmente, a que no facilitan la generación de
redes de estudiantes que motiven su permanencia en el sistema.
Aunque la tendencia actual es avanzar a un
modelo de educación híbrido, de formación presencial y virtual, lo cierto es
que en Colombia ya hay IES que están apostando a un modelo puramente virtual
como UNIASTURIAS, UNIVIRTUAL o ELITE, pero que todavía se encuentran en su fase
inicial de desarrollo.
Hasta ahora nadie ha encontrado el secreto
que haga exitoso el modelo de educación virtual, pero hay puntos claves que
todos acepten como las tutorías y asesorías presenciales durante el desarrollo
de asignaturas especialmente en los semestres iniciales, fortalecimiento de
hábitos de estudio y utilización del tiempo, así como la evaluación permanente
de los indicadores de deserción y estímulos para promover el retorno de quienes
abandonaron.
Bien lo resume Regina Herzlinger, profesora de administración de empresas de la escuela de negocios de Harvard, cuando afirma que "las debilidades radican en que no vas a tener acceso a la interacción personal que conseguirías pagando matrículas de 50.000 o 60.000 dólares anuales. Pero tampoco deberás renunciar a tu trabajo para venir al campus, evitando hacer altísimos sacrificios financieros".
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