Con el fin de este agitado año 2012 y la certeza de que el mundo todavía gira, es inevitable recordar los hechos que marcaron a la educación superior en Colombia. El fracaso de la reforma a Ley 30 de 1992 en razón de las críticas de IES y de estudiantes, la discusión de diferentes proyectos de ley, la renuncia del Viceministro de Educación Superior, la llegada de Patricia Martínez, la reforma tributaria que a última hora asignó recursos importantes para las universidades públicas, la venta de universidades privadas a fondos de inversión internacionales, le recordaron al país que la educación es elemento central de cualquier proyecto de futuro que se quiera construir.
Sin embargo, los grandes temas continúan sin resolverse. La cobertura sigue siendo preocupantemente baja, pese a que el SENA suele mejorar los indicadores del gobierno, la calidad es un discurso muy difícil de implementar para IES públicas y privadas sin los recursos que exigen una verdadera política de Estado; la internacionalización, la articulación con la educación media (en la Universidad Nacional sólo el 23% de los aspirantes en los últimos tres años cursaban grado 11 en colegios públicos) y la educación virtual son, en mayor parte, discurso.
Ahora que el gobierno nacional entra en su recta final no es tiempo de cambiar el rumbo, ni de las grandes transformaciones. Ya la agenda está sobre la mesa, sólo resta el trabajo duro y el compromiso de la sociedad, del gobierno y de las IES por responder a los retos que plantea esta sociedad del conocimiento.
Aprovecho para desear a todos una feliz navidad y un 2013 lleno de alegrías y deseos cumplidos.
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