Con la noticia de la intervención y liquidación de Interbolsa, cuyas consecuencias no resultan todavía previsibles, varias universidades han manifestado haber perdido recursos importantes resultantes de su actividad de educación superior. Es de suponer, que muchas otras han preferido guardar silencio.
El hecho, sin embargo, no es nuevo. Ya en el año 2009, el Presidente de Harvard informaba la pérdida de cerca US$10.000.000 como consecuencia de la crisis financiera global. Ver comunicado en http://www.alecoxenford.com/2009/02/harvard-pierde-10000000000-de-usd-por-la-crisis-financiera.html
Aunque ya me había referido en otro artículo de este blog a la posibilidad de las instituciones de educación superior de hacer inversiones en acciones, hay que resaltar el cuidado en el manejo de los recursos de quienes prestan un servicio público, así como al deber de contar con prácticas de gobierno corporativo, políticas de frenos y contrapesos, y escenarios de transparencia y rendición de cuentas. Ya la Ley 30 había tipificado como peculado, el desvío o manejo inadecuado de los recursos de estas instituciones de utilidad común.
Pero en estas crisis no sólo se señala a las universidades de hacer malas inversiones. El movimiento occupy Wall Street, recuerda que varios ejecutivos graduados de Harvard estaban trabajando en los bancos que provocaron la crisis con el manejo poco ético del sistema de créditos hipotecarios. O también el caso de un profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York), quien recibió $US124.000 de la Cámara de Comercio de Islandia por hacer un informe favorable sobre el sistema financiero de ese país, que se derrumbó en pocos meses.
Vale recordar a Charly García: "Mis amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer".
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