La Universidad de Caracas, hoy Universidad
Central de Venezuela, fue creada en 1721 y desde 1981 se le reconoció su
autonomía para nombrar sus directivas y darse sus propios estatutos. Por
supuesto allá - como acá - esa autonomía ha sido afectada, como sucedió en tiempos del
caudillo José Tadeo Monagas o el General Antonio Guzmán Blanco, quien en 1883
decretaba que "El Rector y el Vicerrector serán nombrados libremente
por el Ejecutivo Federal, que nombrará también a los catedráticos, de ternas
propuestas por el Rector".
En el año 1999, Hugo Chávez eleva a rango
constitucional la autonomía universitaria. Sin embargo, mediante el Decreto
3444 de 2005 se refiere a las instituciones de educación superior como
órganos dependientes del Ministerio de Educación Superior, lo mismo que
el Consejo Nacional de
Universidades, que es el ente encargado de definir la orientación y las
líneas de desarrollo del sistema universitario y del que forman parte las
principales universidades de Venezuela.
Pero sus problemas no se refieren
exclusivamente a la autonomía - o tal vez si -. El presupuesto de la
universidad pública se ha mantenido prácticamente inalterado en los últimos
tres años, pese a una inflación acumulada superior al 90% en este lapso.
Recientemente, Nicolás Maduro ordenó a su
Fiscal General tomar acciones contra el prestigioso profesor Ricardo Hausmann, de la Escuela Kennedy de Harvard, por expresar sus opiniones
sobre la crisis de Venezuela.
Entretanto el vecindario guarda un silencio
insoportable.
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