lunes, 10 de junio de 2013

EL FIN DE UNA ETAPA

En esta semana termina para mí un vínculo de 18 años con la Universidad del Rosario, la mayoría de los cuales ha estado dedicado a la creación, crecimiento y consolidación del Departamento Jurídico, y que sumada a la etapa de estudiante de pregrado, especializaciones y maestría, hacen que más de la mitad de mi vida haya estado vinculada a ese hermoso Claustro.

El sueño construido que ahora me obliga a dedicarme a mi propia oficina no borra la tristeza de dejar tantas cosas, pero especialmente a la gente. De nada me enorgullezco tanto como de haber estado a hombros de gigantes que han construido unas páginas de oro en los 360 años de la Universidad: Mario Suárez Melo, el visionario, Guillermo Salah  Zuleta, el honorable, Rafael Riveros Dueñas, el enamorado, y Hans Peter Knudsen Quevedo, el gran líder, construyeron un equipo que condujo la Institución al siglo XXI.

En el país se deberían visibilizar mucho más los logros de este tipo de organizaciones sociales que, como el caso del Rosario, ha logrado crecer exponencialmente en la última década, convirtiéndose en un referente nacional de calidad académica y administrativa, transformando la vida de miles de personas. 

Desde acá un agradecimiento a quienes confiaron tantas veces en mí, en especial al Rector, y ruego mantener este sello rosarista en todas las horas de mi vida.



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